sábado, 29 de marzo de 2014

INTERNET DE LAS COSAS



PUBLICADO POR: DENIS RAMIREZ ARENAS

RESUMEN


Hoy en día tenemos smartphones, tablet, ordenadores portátiles, dispositivos multimedia en el salón, e incluso las propias televisiones que se conectan a Internet. A esto habría que añadir las videoconsolas, e incluso los coches. Sin embargo, eso no es nada en realidad si pensamos en la gran cantidad de cosas que hay en el mundo. No solo los dispositivos electrónicos pueden conectarse a Internet.

El Internet de las cosas va mucho más allá. Algunos ejemplos de cosas conectadas a la red que podrían considerarse como parte de ese Internet de las cosas serían los electrodomésticos que están conectados. Ya existen frigoríficos, hornos y lavadoras que pueden ser controladas desde un smartphone gracias a la conexión a Internet con la que cuentan. Ese es solo el primer paso de lo que está por llegar. Tanto a nivel doméstico como a nivel profesional, el Internet de las cosas podría cambiar el mundo tal y como lo conocemos hoy. Pensemos solo en algunas de las aplicaciones que podrían llegar a tener lugar. Un agricultor debe conocer en todo momento las condiciones del campo en el que está cultivando. Su trabajo consistiría en comprobar regularmente la temperatura y humedad del campo y registrar estos datos en un ordenador.

Pero supongamos que todos esos datos fueran monitorizados de manera automática y registrado en un servicio online, de manera que el agricultor tuviera en todo el momento el conocimiento de cómo está el campo de cultivo e incluso pudiera conocer cómo está en tiempo real. Y todavía hay más, con sensores lo suficientemente baratos, podría llegar a monitorizar absolutamente todas las plantas que están cultivando, conociendo cómo crecen y si están teniendo problemas algunas de ellas.

Sus aplicaciones domésticas podrían ser igual de importantes. Por ejemplo, podríamos disponer de sensores y controladores en diversos elementos de una casa. Seguro que nos ha ocurrido irnos de viaje y no estar seguros de si hemos quitado el fuego de la cocina, o si las persianas, ventanas o luces se han quedado tal y como queríamos. Todo sería tan sencillo como acceder al servicio con el que controlamos nuestra casa, y no solo comprobar que todo está de manera correcta, sino incluso modificar el estado de los mismos. O si por el contrario, vamos a volver en pocas horas a casa, podemos incluso programar cuándo queremos que comience a prepararse la comida. Cosas como regular la temperatura del hogar cuando estemos nosotros allí o encender las luces de manera automática, podrían ser hechos cotidianas de la vida. Es el Internet de las cosas, las cosas que nos rodean, que pasarían a estar permanentemente conectadas.

INTRODUCCION

Los avances tecnológicos se han convertido en un proceso imparable. Las innovaciones se van sucediendo unas tras otras multiplicando sus efectos. En el campo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) hay que destacar varios hitos, como la digitalización de las señales, la transmisión de datos, la telefonía móvil, la fibra óptica o la banda ancha fija y móvil, que han transformado radicalmente el mundo de las comunicaciones. Gracias a todas estas tecnologías y aplicaciones disponemos hoy de un sistema de conexión universal como es Internet. Con el paso del tiempo, y gracias a la suma de innovaciones, la Red se ha ido transformando y ha pasado del concepto de Internet de las Personas al de Internet de las Cosas.

¿Qué es el Internet de las Cosas? Es la evolución de un primer Internet más centrado en las personas y cuyo potencial reside en la capacidad para combinar datos con personas, procesos y objetos. A partir de sensores, redes avanzadas de comunicaciones y procesos analíticos basados en el big data se están poniendo en marcha aplicaciones que harán más fácil la vida de las personas, mejorarán la sanidad y la educación, potenciarán las ciudades, los edificios y las redes eléctricas inteligentes, aumentarán la seguridad de la información e incrementarán el nivel de eficiencia de empresas y Administraciones Públicas.

La idea es muy sencilla. Hasta ahora Internet era una red que permitía el acceso a portales, servicios, aplicaciones o diferentes opciones. El usuario, persona o negocio, entraba en ella y simplemente hacía lo que había ido a hacer, buscaba información o navegaba por las distintas posibilidades. Conforme la tecnología lo ha permitido, todo tipo de dispositivos, máquinas y objetos se han sumado a la Red. Estamos hablando de una gama de objetos infinita, desde el contador del consumo de agua que hay en los domicilios al sensor incorporado en una plaza de un aparcamiento público, pasando por una nevera, por una pulsera que lleva un enfermo o por un dispositivo asociado a una máquina en una fábrica. Todos ellos, al estar en permanente conexión con el resto del universo a través de Internet, pueden interactuar con personas, ordenadores u otros objetos, para dar información o avisos, recibir instrucciones, etc.

En esencia el Internet de las Cosas se basa en sensores, en redes de comunicaciones y en una inteligencia que maneja todo el proceso y los datos que se generan. Los sensores son los sentidos del sistema y, para que puedan ser empleados de forma masiva, deben tener bajo consumo y coste, un reducido tamaño y una gran flexibilidad para su uso en todo tipo de circunstancias. La evolución de Internet también precisa de potentes y seguras redes de comunicación inalámbrica M2M (máquina a máquina), que hagan posible la incorporación a las redes y a los sistemas de objetos totalmente fuera de ellos hasta hace poco. Finalmente es necesario aplicar inteligencia “smart” a los sistemas y a los objetos, aprovechando los datos recogidos por los sensores, para procesarlos y convertirlos en información útil y en actuaciones. Aquí las técnicas de análisis asociadas al big data son vitales. En ocasiones hay que aplicar potentes sistemas de información y de software avanzado que hagan posible el tratamiento de grandes volúmenes de datos de una naturaleza variada y a gran velocidad. Muchos de esos datos ya existían, pero hasta ahora la tecnología disponible no permitía su explotación y aprovechamiento.

Las smart cities (o ciudades inteligentes) pueden ser un buen ejemplo de lo que es capaz de dar de sí el Internet de las Cosas. En ellas, la combinación de dispositivos, sensores, redes de comunicaciones, capacidad de almacenamiento y de procesamiento y plataformas de gestión hacen posible unas ciudades en la que se prestan servicios de una forma más eficiente y sostenible, mejorando la vida de los ciudadanos, las posibilidades de los negocios y el atractivo de la propia ciudad para conseguir turismo, talento e inversiones. Entre los servicios que pueden mejorar significativamente se encuentran el suministro y consumo de energía o de agua, el transporte y la movilidad, la seguridad ciudadana y la protección civil, la creación de un entorno favorable para los negocios, el gobierno de la ciudad, la transparencia y participación ciudadanas, el soporte al turismo y al comercio, la gestión de residuos, la gestión del mobiliario urbano, la eficiencia energética de los edificios o la gestión de los aparcamientos.

Además de las ciudades inteligentes, los campos de aplicación del Internet de las Cosas son muchos y muy variados. La sanidad, para monitorizar a los pacientes y conectarlos a los médicos y demás profesionales sanitarios; los sectores de la energía y del transporte, para conectar a proveedores y clientes; el sector del retail, para predecir cuándo comprarán los consumidores; las telecomunicaciones y los servicios de información; los servicios financieros; o las fábricas inteligentes. En estos y otros campos es posible encontrar también casos muy concretos de aplicación, como el marketing y la publicidad, la educación, los vehículos o los juegos y el entretenimiento conectado o las redes eléctricas inteligentes, en los que las nuevas posibilidades alcanzan rendimientos máximos.

Un punto importante del Internet de las Cosas es que requerirá habilidades y conocimientos específicos combinados (tecnológicos, matemáticos o de funcionamiento de las organizaciones), en un perfil que hasta ahora no existía. Es decir, se abrirán nuevas e interesantes oportunidades de trabajo y se crearán empleos en este sector de actividad. Uno de los ejemplos más claros es el de los gestores de datos, perfil que se encuentra a mitad de camino entre la tecnología y la operación de los negocios y que requiere conocer y manejar las nuevas herramientas para la captura, el análisis y el aprovechamiento de los datos. La enseñanza, en sus diferentes niveles, también tendrá que hacerse eco de estas nuevas demandas.

Los retos y oportunidades que se avecinan son grandes y todos los sectores de actividad humana se ven afectados por las posibilidades del Internet de las Cosas, que según diferentes análisis conectará varias decenas de miles de millones de dispositivos y objetos a corto plazo. Como ocurre con otras actuaciones asociadas a la evolución tecnológica, además de todos los temas de innovación hay también que analizar y valorar el impacto económico y social en las vidas de las personas, buscando su beneficio y cuidando al máximo los aspectos de seguridad y privacidad. Si todo ello se consigue, el Internet de las Cosas cambiará nuestras vidas de forma radical y las hará mejores.

DESARROLLO

“Internet de las Cosas” se refiere a una red de objetos de uso cotidiano interconectados entre sí. Con este concepto se abre un nuevo nicho de mercado alrededor de una oferta innovadora y creciente de cosas capaces de percibir, procesar, transmitir y comunicar datos entre ellas. Son muchos los expertos del sector de las TIC que predicen que ésta será la siguiente tendencia empresarial tras el desarrollo del Smartphone y que afectará a sectores tan dispares como la educación, la sanidad, la industria, el turismo o el estilo de vida.

El concepto de “Internet de las cosas” fue designado por el pionero inglés en tecnología Kevin Aston en 1999 y usado por primera vez en la Universidad de Massachusetts. Pero su primera gran aplicación industrial se dio en el año 2000 por la empresa LG que fabricó un frigorífico inteligente con conexión a Internet.

Dentro de esta evolución de una primera Internet más dirigida a las personas cuyo potencial reside en la combinación de éstas con los datos. A partir de sensores, redes avanzadas de comunicaciones y procesos de análisis basados en el Big Data, podemos desarrollar sensores inteligentes. Como consecuencia de esta aplicación de Internet, la vida será más fácil y segura para todos, y se proporcionarán grandes avances en ramas de la sanidad y la educación. Para que estos sensores puedan ser usados por todos deben ser de bajo consumo y presupuesto. El desarrollo del IoT (Internet de las Cosas) necesita de redes de comunicación M2M (máquina a máquina) seguras y potentes para convertirla en inteligentes usando los datos que se obtienen por los sensores, para después tratarlos como información útil. Los grandes volúmenes de datos ya existían, pero no ha sido hasta hace poco cuando se ha valorado su gran potencial del análisis cuantitativo y cualitativo.

Telefónica, pionera a la vanguardia en el sector de las TIC, apuesta por la combinación de dispositivos, sensores, redes de comunicación, almacenamiento y procesamiento de las Smartcities (ciudades inteligentes). Las plataformas de gestión hacen realidad unos lugares que presentan de forma más sostenible y eficaz sus servicios. Ejemplo de ello es: [SmartSantander]urlblankblank:http://www.smartsantander.eu/ , proyecto liderado por la multinacional dirigida por César Alierta, con más de 20.000 sensores para la captación de información, como son la temperatura, la luz, la humedad, ruidos, tráfico etc. Estas ciudades deben cumplir tres reglas: respetar el medio ambiente, tener un fiel compromiso con la sostenibilidad y utilizar las TIC para su autogestión.

¿Te imaginas una ciudad segura donde los robos fueran cosa del pasado? Con Internet de las Cosas ya es posible porque sabríamos en todo momento dónde se encuentran nuestros objetos gracias al uso del protocolo IPv6, capaz de identificarlos al instante. Y a su sistema de identificación por radiofrecuencia (RFID) con un chip podremos procesar y transmitir su información. ¿O controlar nuestras coladas remotamente a través de nuestros Smartphones? Esto ya es posible con la lavadora con wifi de la marca Samsung. En 6 años se calcula que tendremos entre 22.000 y 50.000 dispositivos conectados a la Red.

Telefónica Digital trabaja en el desarrollo de productos y tiene diversas iniciativas alrededor de Internet de las Cosas, entre otras SmartM2M, Blnk.io, SBC,etc. Thinking Things es una de ellas. Se trata de una solución modular para formar sensores combinando bloques de plástico como si fueran piezas de Lego.

ARGUMENTACION

  • Hace la comunicación mucho más sencilla.
  • Es posible conocer e interactuar con muchas personas de todas partes del mundo.
  • La búsqueda de información se vuelve mucho más sencilla, sin tener que ir forzadamente a las bibliotecas tradicionales.
  • Es posible encontrar muchos puntos de vista diferentes sobre alguna noticia.
  • Es posible la creación y descarga de software libre, por sus herramientas colaborativas.
  • La computadora se actualiza periódicamente más fácil que si no tuviéramos internet.
  • Es posible encontrar soporte técnico de toda clase sobre alguna herramienta o proceso.
  • El seguimiento de la información a tiempo real es posible a través del Internet.
  • Y es posible compartir muchas cosas personales o conocimientos que a otro le puede servir, y de esa manera, se vuelve bien provechoso.

CONCLUSIONES

  •  El Internet de las Cosas es un avance con un gran impacto sobre la sociedad y los negocios a medida que la información y las personas están cada vez más conectadas, la tecnología sirve como herramienta de colaboración y toma de decisiones en un mundo en el que converge lo físico con lo digital.
  •  El Internet de las Cosas se presenta como una de las principales tendencias tecnológicas del siglo XXI, cuyo fin consiste en superar la prueba de hacer llegar la conexión a Internet a muchos lugares que aún carecen de ella.


REFERENCIAS


Evans, D. (2011). Internet de las cosas. Cisco Internet Business Solutions Group

Cisco, recuperado el 28 de marzo de 2014
http://www.cisco.com/web/LA/soluciones/executive/assets/pdf/internet-of-things-iot-ibsg.pdf

Graham, M. (2009, julio 6) Recuperado 26 de marzo de 2014
http://www.zerogeography.net:http://www.zerogeography.net/2009/07/web-squared-and-internet-of-things.html

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